jueves, 20 de agosto de 2009

Despedida

Tu amor herméticamente encerrado
en una isla interior,
perdida en medio de tu ser
en un páramo inalcanzablemente lejano.
Sus ondas ni siquiera alcanzan
la orilla de tu alma.
No está libre, ni lejano, ni suelto,
aún gime dentro de ti
en esas gélidas noches,
en esos jardines secos
de temblores y auroras
repletas de olvido.
Déjalo ir ahora,
deja que marche en su aullido
y que en su desértica búsqueda
se encuentre en otro ser
en otro anhelo virgen
que no ponga cadenas
a su alocado vuelo.

Lobo Saudade