Boy in the World, Niall Williams
lunes, 14 de noviembre de 2011
miércoles, 6 de julio de 2011
Leer entre líneas
Misterios y vericuetos para alcanzar lo imposible.
Buscar un punto entre el cielo de tus ojos,
perder una coma entre un silencio infinito.
Sé que lo sabes. Sé que lo lees.
No sé por qué escribo, entre líneas,
un añoro que no entiendes.
No soy más que un lobo
con sueños hambrientos
que siempre vuelve a su guarida...
a escribir...
entre líneas.
Misterios y vericuetos para alcanzar lo imposible.
Buscar un punto entre el cielo de tus ojos,
perder una coma entre un silencio infinito.
Sé que lo sabes. Sé que lo lees.
No sé por qué escribo, entre líneas,
un añoro que no entiendes.
No soy más que un lobo
con sueños hambrientos
que siempre vuelve a su guarida...
a escribir...
entre líneas.
martes, 5 de julio de 2011
ALUMBRAMIENTO Y ESPERA
Luna llena de impaciencia,
luz abarrotada de esperanza...
Qué momento tan mágico que hace detener el mundo
para que sólo importe el alumbramiento.
Ya se le siente,
como presentimiento en cascada
de vida eterna.
Merece la pena vivir así,
con el corazón a punto del desboque,
con la incertidumbre del tiempo
en el origen de todo.
¡Qué misterio, la vida!
Cuando hay espera no importan las brújulas.
El amanecer es seguro y también el encuentro.
Corazón palpitante y en el estómago,
desbocados, la impaciencia y el sueño.
Y los recuerdos, como girones del alma..
a combatir en la memoria como lanzas fugaces.
¡Qué incertidumbre la vida!
Luna llena de impaciencia,
luz abarrotada de esperanza...
Qué momento tan mágico que hace detener el mundo
para que sólo importe el alumbramiento.
Ya se le siente,
como presentimiento en cascada
de vida eterna.
Merece la pena vivir así,
con el corazón a punto del desboque,
con la incertidumbre del tiempo
en el origen de todo.
¡Qué misterio, la vida!
Cuando hay espera no importan las brújulas.
El amanecer es seguro y también el encuentro.
Corazón palpitante y en el estómago,
desbocados, la impaciencia y el sueño.
Y los recuerdos, como girones del alma..
a combatir en la memoria como lanzas fugaces.
¡Qué incertidumbre la vida!
jueves, 24 de marzo de 2011
Amor callado
Amor callado, que jamás se queja;
amor que, en la discreta madrugada,
solo acierta a poner, junto a tu reja,
la ilusión de una estrofa perfumada.
Amor de un alma taciturna y vieja;
amor que es como música olvidada,
que tiene azul resignación de oveja,
que lo da todo y que no pide nada.
Amor es eso, amar como te amo,
sin medir tu desdén, sin que un reclamo
haga que el alma de esperanza estalle.
Amor sin arrebatos y sin ruido,
que espera que tu hogar este dormido
para pasar entonces por tu calle.
Miguel Ángel Peguero, poeta dominicano
amor que, en la discreta madrugada,
solo acierta a poner, junto a tu reja,
la ilusión de una estrofa perfumada.
Amor de un alma taciturna y vieja;
amor que es como música olvidada,
que tiene azul resignación de oveja,
que lo da todo y que no pide nada.
Amor es eso, amar como te amo,
sin medir tu desdén, sin que un reclamo
haga que el alma de esperanza estalle.
Amor sin arrebatos y sin ruido,
que espera que tu hogar este dormido
para pasar entonces por tu calle.
Miguel Ángel Peguero, poeta dominicano
martes, 26 de octubre de 2010
El hijo de la novia
-Dios te acompaña a todas partes, hijo.
-Sí, pero siempre pago yo, Padre, alguna vez podría invitar la casa.
-Sí, pero siempre pago yo, Padre, alguna vez podría invitar la casa.
jueves, 23 de septiembre de 2010
Esconderse en un rincón del mundo
Sólo has de tener un poco más de paciencia.
Los nubarrones de la melancolía
se despejarán en un abrir y cerrar de ojos.
¡Todo el mundo tendría que abrazar unas esperanzas tan grandes como el cielo!
Los nubarrones de la melancolía
se despejarán en un abrir y cerrar de ojos.
¡Todo el mundo tendría que abrazar unas esperanzas tan grandes como el cielo!
Jimmy Liao
Barbara Fiore Editora
martes, 14 de septiembre de 2010
sobre Willa
"... la vida sin posibilidad de lo nuevo, la existencia sin la presencia del riesgo, el pasar adormecido del tiempo de la propia historia, dejarían el espíritu yermo y vacío."
Lo que pesa el humo, Javier Aranguren
viernes, 18 de junio de 2010
Adiós, Maestro
... entonces podrá preguntar, Muerte, dónde está tu victoria, sabiendo no obstante que no recibirá respuesta, porque la muerte nunca responde, y no es porque no quiera, es sólo porque no sabe lo que ha de decir delante del mayor dolor humano.
Las intermitencias de la muerte, José Saramago (1922-2010)
Traducción de Pilar del Río
sábado, 3 de abril de 2010
Palabras de otro: Pessoa
Diez mil veces se partió mi corazón dentro de mí. No puedo contar los sollozos que me emocionaron, los dolores que consumieron mi corazón.
Y sin embargo, también vi otras cosas que me llenaron los ojos de lágrimas y me agitaron como una hoja olvidada. Vi hombres y mujeres que entregaban su vida, sus esperanzas, todo, por los demás. Vi actos de una entrega tan grande que me hicieron llorar lágrimas de alegría. Estas cosas, pensé, son hermosas, aunque no sean capaces de redimir. Son rayos puros de sol incidiendo sobre el gran monte de estiércol del Mundo.
Charles-Robert Anton
(Diarios, Fernando Pessoa)
Y sin embargo, también vi otras cosas que me llenaron los ojos de lágrimas y me agitaron como una hoja olvidada. Vi hombres y mujeres que entregaban su vida, sus esperanzas, todo, por los demás. Vi actos de una entrega tan grande que me hicieron llorar lágrimas de alegría. Estas cosas, pensé, son hermosas, aunque no sean capaces de redimir. Son rayos puros de sol incidiendo sobre el gran monte de estiércol del Mundo.
Charles-Robert Anton
(Diarios, Fernando Pessoa)
jueves, 25 de marzo de 2010
A mi hijo Hugo. (Verano 2009)
Vas a ver amor.
Serás piel temblorosa sobre mi piel orgullosa.
Te mecerán mis brazos e intentaré hacerlo bien.
Alegría y luz serás. Seremos.
Te enseñaré el azar y el destino
y tus ojos, pozo de inocencia,
transformarán tu vista en sabio afán de entrega.
Tendrás que luchar. Habrá días grises
y cosas tristes. Pero habrá que seguir
siempre hacia delante.
Tu mamá te amará por encima de todo.
Será tu cielo y tu reposo
y te mostrará el camino con su corazón
auténtico y sus sentimientos hermosos.
Ven, hijo, te propongo un reto:
Nace para ser feliz.
Para ver la claridad de los días,
Para comprender con ojos inocentes
las dentelladas de este mundo.
Estaremos a tu lado, con el ahínco
y toda nuestra dulce entrega.
Eres una aventura maravillosa.
Estaremos siempre aquí para ti.Lobo
miércoles, 24 de marzo de 2010
Pérdida
La pérdida, ese reposo esperando la nada, ese sentir de amargo recuerdo. Una experiencia que no se olvida, un lugar donde tenues las vivencias se eligen. El recuerdo o el olvido, que magnífica elección de vida y muerte. No hay recuerdo sin olvido. No hay olvido sin recuerdo.
Una imagen de dolor: un adiós un hasta siempre. Comprender que la ausencia es necesaria para sobrevivir de nuevo. Que aquello que se marcha, queda, ya para siempre y que cada uno lo guarda como anhela, por pura protección o cobardía no se enfrenta a su recuerdo y que la perdida es la fatal ausencia de uno mismo, del que fue y ya no se encuentra en otro lugar de aquella pretérita manera.
Incluso lo eterno se marchita si es verdadero. Hace falta valor para volver a buscarse en lo que éramos, puesto que lo que fuimos ya no seremos. Pasa el tiempo y posponemos el retrato. Ya nadie se vacía en los anhelos. Esperamos una respuesta a un problema propio, a una consciente y nublada falta de identidad propia. Al final tu mismo te eliges.
Se deja pasar el tiempo, pero los recuerdos no envejecen, a veces te atrapan, te enroscan en una letanía de muerte. Uno se hace el ciego y otro miente. Cada uno a solas lo descubre, su íntimo secreto, su misteriosa pérdida.
Me hago viejo y ya no siento. Vaga excusa. El dolor me hizo de hierro. Argumento cobarde pero cierto.
Una imagen de dolor: un adiós un hasta siempre. Comprender que la ausencia es necesaria para sobrevivir de nuevo. Que aquello que se marcha, queda, ya para siempre y que cada uno lo guarda como anhela, por pura protección o cobardía no se enfrenta a su recuerdo y que la perdida es la fatal ausencia de uno mismo, del que fue y ya no se encuentra en otro lugar de aquella pretérita manera.
Incluso lo eterno se marchita si es verdadero. Hace falta valor para volver a buscarse en lo que éramos, puesto que lo que fuimos ya no seremos. Pasa el tiempo y posponemos el retrato. Ya nadie se vacía en los anhelos. Esperamos una respuesta a un problema propio, a una consciente y nublada falta de identidad propia. Al final tu mismo te eliges.
Se deja pasar el tiempo, pero los recuerdos no envejecen, a veces te atrapan, te enroscan en una letanía de muerte. Uno se hace el ciego y otro miente. Cada uno a solas lo descubre, su íntimo secreto, su misteriosa pérdida.
Me hago viejo y ya no siento. Vaga excusa. El dolor me hizo de hierro. Argumento cobarde pero cierto.
miércoles, 17 de marzo de 2010
Dream
Dream, when you're feeling blue
Dream, that's the thing to do
Just watch the smoke rising rise in the air
You'll find your share of memories there
So dream when the day is through
Dream, and they might come true
Things never are as bad as they seem
So dream, dream, dream
Roy Orbison
Dream, that's the thing to do
Just watch the smoke rising rise in the air
You'll find your share of memories there
So dream when the day is through
Dream, and they might come true
Things never are as bad as they seem
So dream, dream, dream
Roy Orbison
lunes, 9 de noviembre de 2009
20 años ya
«Sólo desde ese día me he sentido realmente libre»
(Hans Conrad Schumann)
El pequeño Conrad estaba tumbado boca bajo en el salón, con los pies doblados hacia arriba, golpeando el sofá, mientras miraba las noticias, como cada tarde, en la nueva televisión en blanco y negro; y digo miraba porque no comprendía nada de lo que allí decían, sólo era un niño de 8 años, cosa que no entendían sus profesores, que con tanta dedicación intentaban llevarle por el buen camino del socialismo.
-¿Cuándo entrará en vigor? -preguntó el periodista extranjero.
El hombre de la tele dudó, de eso no le habían informado, así que para salir del aprieto, dijo lo primero que se le pasó por la cabeza:
-En cuanto lo diga, inmediatamente.
Conrad no sabía exactamente lo que eso significaba, entre sus deberes no estaba saber cómo era el mundo que lo rodeaba, intuía que era algo importante, algo que debería comunicar inmediatamente, así que corrió la pequeña distancia que separaba el salón del dormitorio de sus padres gritando no sé qué del muro por la tele.
Peter estaba peleándose con el cableado de la vieja radio que se negaba a seguir funcionando, tenía medio culo sobre el taburete, el otro medio pegado a la cama y la barriga aprisionada a la mesa donde solía resucitar los pocos electrodomésticos que tenían. Llevaba concentrado dos horas, en una intensa pelea del hombre contra la máquina, y estaba a punto de arreglar el maldito cacharro, un último paso, muy delicado y ya est... ¡no sé qué del muro por la tele!, ¡no sé qué del muro por la tele!
Dos horas tiradas a la basura.
-¿SE PUEDE SABER QUÉ COÑO TE PASA? ¡TE HE DICHO QUE SIEMPRE QUE ENTRES EN NUESTRO CUARTO, LLAMES PRIMERO A LA PUERTA!
-Es que han dicho por la tele no sé qué del muro que si se puede pasar al otro lado.
Las centésimas de segundo maldiciendo las tonterías del crío se convertían en décimas pensando en la nueva ocurrencia del gobierno para engañar a la gente, y terminaron siendo unos segundos de duda, de esperanza. Se levantó y fue hacia la televisión esperando encontrarse con una nueva desilusión. Pero en la tele, no se hablaba de otra cosa, no podía ser. Corrió a la cocina a decírselo a su mujer, Katrin, pero allí no había nadie, se acordó, reunión de madres de alumnos por el socialismo, como todos los jueves.
Fuera, se oía ruido en la escalera, abrió la puerta y los vecinos desfilaban inmersos entre la seriedad y la alegría contenida, esperada durante años de opresión. La señora Fechter, la vieja arpía, amargada y agria Señora Fechter, le agarró del cuello de la camisa y como si ese día se hubiera inyectado lo mismo que la campeona nacional de halterofilia, lo sacó del umbral de la puerta al descansillo, le dio un sonoro beso en la mejilla y dijo entre lágrimas:
-¡Por fin!, ¡por fin!, ¡el muro!, ¡se acabó!
Estaba sucediendo. Esa misma mañana, cuando se fue a trabajar, asqueado por ese café tan malo, tan caro y tan escaso, no podía imaginar, ni por asomo, lo que esa misma tarde iba a suceder. No puede ser, seguro que cuando lleguen al paso fronterizo, les dirán que no. Así tan rápido, tan de repente, estas cosas no pasan, y menos con éstos ¿y ésta a qué coño espera para venir de la reunión? Capaz es de haberse ido ella sola al otro lado y haberse ligado ya a un occidental que tenga un Mercedes, fíate tú de las del partido. Por si acaso se vistió con la ropa que no se ponía desde la boda de su hermano e hizo que su hijo hiciera lo mismo, Katrin podría llegar en cualquier momento.
Oyó el ruido de las llaves y saltó del sofá hacia su esposa. Se miraron, no hacía falta decir nada más, no obstante ella decidió terminar con ese momento histórico-familiar:
-Nos hemos enterado durante la reunión, estábamos discutiendo cómo recaudar fondos para un nuevo busto de Karl Marx cuando nos han dado la noticia. Hemos suspendido la reunión inmediatamente para ir al muro. Es increíble, todo el mundo va hacia el muro, las calles están llenas de gente, ¡es como en año nuevo!
Bajaron las escaleras sin darse cuenta, navegando por los pensamientos de la nueva vida que se abría ante ellos, ni siquiera se acordaban si habían cerrado la puerta de casa, pero qué importaba eso ante la historia.
Cuando empezaron a aproximarse al muro, la gente estaba empezando a treparlo; los menos osados estaban pasando hacia el otro lado por el paso aduanero. No pudiendo avanzar más entre la gente, Peter decidió cumplir una de sus antiguas fantasías de adolescente rebelde, subirse al muro. Si esperaba unos días, lo mismo no quedaba nada de éste. A su mujer se le escapó un suspiro de reprimenda, a ver si te vas a caer, pero qué más da.
Cuando consiguió poner los pies encima del muro y enderezarse se dio cuenta de que todavía tenía la mano dada al hombre que le había ayudado a subir. Bienvenido al oeste, le dijo, y ambos se fundieron en un abrazo. Peter se había casado con una guapa e inteligente enfermera, y en sus años adolescentes había follado con la tía más buena de su instituto y tenía un hijo sano; sin embargo, abrazado a aquel desconocido de bigotes con hombros de ex luchador y barriga de camionero, estaba teniendo el momento de mayor alegría en su vida.
Desde arriba se veía el otro lado, calles llenas de gente, de fiesta, cervecerías abiertas, coches pitando, banderas, pensó en subir a su familia, pero casi que mejor que no, por la cara que ponía Katrin.
Así que bajó y se dirigieron al ahora menos congestionado paso fronterizo. Un par de personas delante y ya estarían al otro lado.
Y su hijo tendría más o menos la edad que ellos cuando construyeron el muro, entonces no sabían tampoco lo que eso iba a significar en su vida, pero Conrad podría tener todo aquello que ellos en su adolescencia no vivieron, ir a una universidad del oeste, salir por discotecas, tomar drogas, escuchar música Rock, en fin, todo eso que los jóvenes de occidente deberían hacer.
No se sabe muy bien cómo, su documentación llegó a manos del policía, pasado este momento interminable, el agente les diría, ¡No! ustedes no pueden pasar o ya han pasado demasiados por hoy, inténtenlo mañana, pero simplemente dijo, Pasen.
Y llevados por la marea humana, terminaron en la improvisada terraza de verano en pleno noviembre berlinés donde con sólo contestar sí, somos del este, un desconocido te ponía una jarra de cerveza en la mano, te daba un abrazo y brindaba por que las cosas no volvieran a ser como antes. Katrin pensó en el día siguiente, tendrían una resaca monstruosa y habría que añadir una tremenda falta de sueño, ni siquiera habían cenado, pero qué importaba todo eso esa noche.
Jesús Pastor Durán
(Hans Conrad Schumann)
El pequeño Conrad estaba tumbado boca bajo en el salón, con los pies doblados hacia arriba, golpeando el sofá, mientras miraba las noticias, como cada tarde, en la nueva televisión en blanco y negro; y digo miraba porque no comprendía nada de lo que allí decían, sólo era un niño de 8 años, cosa que no entendían sus profesores, que con tanta dedicación intentaban llevarle por el buen camino del socialismo.
-¿Cuándo entrará en vigor? -preguntó el periodista extranjero.
El hombre de la tele dudó, de eso no le habían informado, así que para salir del aprieto, dijo lo primero que se le pasó por la cabeza:
-En cuanto lo diga, inmediatamente.
Conrad no sabía exactamente lo que eso significaba, entre sus deberes no estaba saber cómo era el mundo que lo rodeaba, intuía que era algo importante, algo que debería comunicar inmediatamente, así que corrió la pequeña distancia que separaba el salón del dormitorio de sus padres gritando no sé qué del muro por la tele.
Peter estaba peleándose con el cableado de la vieja radio que se negaba a seguir funcionando, tenía medio culo sobre el taburete, el otro medio pegado a la cama y la barriga aprisionada a la mesa donde solía resucitar los pocos electrodomésticos que tenían. Llevaba concentrado dos horas, en una intensa pelea del hombre contra la máquina, y estaba a punto de arreglar el maldito cacharro, un último paso, muy delicado y ya est... ¡no sé qué del muro por la tele!, ¡no sé qué del muro por la tele!
Dos horas tiradas a la basura.
-¿SE PUEDE SABER QUÉ COÑO TE PASA? ¡TE HE DICHO QUE SIEMPRE QUE ENTRES EN NUESTRO CUARTO, LLAMES PRIMERO A LA PUERTA!
-Es que han dicho por la tele no sé qué del muro que si se puede pasar al otro lado.
Las centésimas de segundo maldiciendo las tonterías del crío se convertían en décimas pensando en la nueva ocurrencia del gobierno para engañar a la gente, y terminaron siendo unos segundos de duda, de esperanza. Se levantó y fue hacia la televisión esperando encontrarse con una nueva desilusión. Pero en la tele, no se hablaba de otra cosa, no podía ser. Corrió a la cocina a decírselo a su mujer, Katrin, pero allí no había nadie, se acordó, reunión de madres de alumnos por el socialismo, como todos los jueves.
Fuera, se oía ruido en la escalera, abrió la puerta y los vecinos desfilaban inmersos entre la seriedad y la alegría contenida, esperada durante años de opresión. La señora Fechter, la vieja arpía, amargada y agria Señora Fechter, le agarró del cuello de la camisa y como si ese día se hubiera inyectado lo mismo que la campeona nacional de halterofilia, lo sacó del umbral de la puerta al descansillo, le dio un sonoro beso en la mejilla y dijo entre lágrimas:
-¡Por fin!, ¡por fin!, ¡el muro!, ¡se acabó!
Estaba sucediendo. Esa misma mañana, cuando se fue a trabajar, asqueado por ese café tan malo, tan caro y tan escaso, no podía imaginar, ni por asomo, lo que esa misma tarde iba a suceder. No puede ser, seguro que cuando lleguen al paso fronterizo, les dirán que no. Así tan rápido, tan de repente, estas cosas no pasan, y menos con éstos ¿y ésta a qué coño espera para venir de la reunión? Capaz es de haberse ido ella sola al otro lado y haberse ligado ya a un occidental que tenga un Mercedes, fíate tú de las del partido. Por si acaso se vistió con la ropa que no se ponía desde la boda de su hermano e hizo que su hijo hiciera lo mismo, Katrin podría llegar en cualquier momento.
Oyó el ruido de las llaves y saltó del sofá hacia su esposa. Se miraron, no hacía falta decir nada más, no obstante ella decidió terminar con ese momento histórico-familiar:
-Nos hemos enterado durante la reunión, estábamos discutiendo cómo recaudar fondos para un nuevo busto de Karl Marx cuando nos han dado la noticia. Hemos suspendido la reunión inmediatamente para ir al muro. Es increíble, todo el mundo va hacia el muro, las calles están llenas de gente, ¡es como en año nuevo!
Bajaron las escaleras sin darse cuenta, navegando por los pensamientos de la nueva vida que se abría ante ellos, ni siquiera se acordaban si habían cerrado la puerta de casa, pero qué importaba eso ante la historia.
Cuando empezaron a aproximarse al muro, la gente estaba empezando a treparlo; los menos osados estaban pasando hacia el otro lado por el paso aduanero. No pudiendo avanzar más entre la gente, Peter decidió cumplir una de sus antiguas fantasías de adolescente rebelde, subirse al muro. Si esperaba unos días, lo mismo no quedaba nada de éste. A su mujer se le escapó un suspiro de reprimenda, a ver si te vas a caer, pero qué más da.
Cuando consiguió poner los pies encima del muro y enderezarse se dio cuenta de que todavía tenía la mano dada al hombre que le había ayudado a subir. Bienvenido al oeste, le dijo, y ambos se fundieron en un abrazo. Peter se había casado con una guapa e inteligente enfermera, y en sus años adolescentes había follado con la tía más buena de su instituto y tenía un hijo sano; sin embargo, abrazado a aquel desconocido de bigotes con hombros de ex luchador y barriga de camionero, estaba teniendo el momento de mayor alegría en su vida.
Desde arriba se veía el otro lado, calles llenas de gente, de fiesta, cervecerías abiertas, coches pitando, banderas, pensó en subir a su familia, pero casi que mejor que no, por la cara que ponía Katrin.
Así que bajó y se dirigieron al ahora menos congestionado paso fronterizo. Un par de personas delante y ya estarían al otro lado.
Y su hijo tendría más o menos la edad que ellos cuando construyeron el muro, entonces no sabían tampoco lo que eso iba a significar en su vida, pero Conrad podría tener todo aquello que ellos en su adolescencia no vivieron, ir a una universidad del oeste, salir por discotecas, tomar drogas, escuchar música Rock, en fin, todo eso que los jóvenes de occidente deberían hacer.
No se sabe muy bien cómo, su documentación llegó a manos del policía, pasado este momento interminable, el agente les diría, ¡No! ustedes no pueden pasar o ya han pasado demasiados por hoy, inténtenlo mañana, pero simplemente dijo, Pasen.
Y llevados por la marea humana, terminaron en la improvisada terraza de verano en pleno noviembre berlinés donde con sólo contestar sí, somos del este, un desconocido te ponía una jarra de cerveza en la mano, te daba un abrazo y brindaba por que las cosas no volvieran a ser como antes. Katrin pensó en el día siguiente, tendrían una resaca monstruosa y habría que añadir una tremenda falta de sueño, ni siquiera habían cenado, pero qué importaba todo eso esa noche.
Jesús Pastor Durán
jueves, 20 de agosto de 2009
Despedida
Tu amor herméticamente encerrado
en una isla interior,
perdida en medio de tu ser
en un páramo inalcanzablemente lejano.
Sus ondas ni siquiera alcanzan
la orilla de tu alma.
No está libre, ni lejano, ni suelto,
aún gime dentro de ti
en esas gélidas noches,
en esos jardines secos
de temblores y auroras
repletas de olvido.
Déjalo ir ahora,
deja que marche en su aullido
y que en su desértica búsqueda
se encuentre en otro ser
en otro anhelo virgen
que no ponga cadenas
a su alocado vuelo.
Lobo Saudade
en una isla interior,
perdida en medio de tu ser
en un páramo inalcanzablemente lejano.
Sus ondas ni siquiera alcanzan
la orilla de tu alma.
No está libre, ni lejano, ni suelto,
aún gime dentro de ti
en esas gélidas noches,
en esos jardines secos
de temblores y auroras
repletas de olvido.
Déjalo ir ahora,
deja que marche en su aullido
y que en su desértica búsqueda
se encuentre en otro ser
en otro anhelo virgen
que no ponga cadenas
a su alocado vuelo.
Lobo Saudade
sábado, 8 de agosto de 2009
Alegría
Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.
Era la alegría la mañana fría
y el viento loco y cálido que embiste.
(Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía.)
Así la siento más. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.
Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida.
José Hierro
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.
Era la alegría la mañana fría
y el viento loco y cálido que embiste.
(Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía.)
Así la siento más. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.
Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida.
José Hierro
martes, 4 de agosto de 2009
Clocks
Lights go out and I can't be saved
Tides that I tried to swim against
You've put me down upon my knees
Oh I beg, I beg and plead (singing)
Come out of things unsaid,
shoot an apple of my head (and a)
Trouble that can't be named,
tigers waiting to be tamed (singing)
You are, you are
Confusion never stops,
closing walls and ticking clocks (gonna)
Come back and take you home,
I could not stop,
that you now know (singing)
Come out upon my seas,
curse missed opportunities (am I)
A part of the cure,
or am I part of the disease (singing)
You are
And nothing else compares
Oh no nothing else compares
And nothing else compares
You are [continues in background]
Home, home, where I wanted to go
Coldplay
viernes, 5 de junio de 2009
Reclamo el derecho a hundirme
Hay melancolías tan profundas
que son hermosas
como el atardecer de una noche.
Reclamo el derecho a hundirme,
a que me lleve la corriente,
a mecerme en el naufragio.
A que mis amigos lo permitan,
a que lo compartan de cerca
en la lejanía,
que me miren a los ojos y lo lean,
que se asomen al vacío de mi alma
y me dejen abandonar
en mi propio cementerio
mi letanía.
Que el silencio nos arrope
como el rocío a la mañana
con ese temblor lejano
de escarcha blanca.
Hay melancolías tan profundas
que son hermosas
como el atardecer de una noche.
Reclamo el derecho a hundirme,
a que me lleve la corriente,
a mecerme en el naufragio.
A que mis amigos lo permitan,
a que lo compartan de cerca
en la lejanía,
que me miren a los ojos y lo lean,
que se asomen al vacío de mi alma
y me dejen abandonar
en mi propio cementerio
mi letanía.
Que el silencio nos arrope
como el rocío a la mañana
con ese temblor lejano
de escarcha blanca.
miércoles, 27 de mayo de 2009
Seda y Hierro
Sigo en silencio su respiración
acompasando los latidos de dos corazones
nunca le han faltado a nuestro Amor para estar vivo razones
El mismo sueño nos llevo a los dos
en esa hora en que las noches y los días
se prestan uno a otro oscuridad y luz, verdad y mentiras
Donde las haya, tenaz, mujer de cartas bocarriba
siempre dispuesta a entregar antes que sus armas, su vida
Mujer hecha de algodón, de seda, de hierro puro
quisiera que mi mano fuera, la mano que tallo
en tu pecho blando de material tan duro
Sigo en silencio su respiración
acompasando los latidos de dos corazones
Nunca le han faltado a nuestro Amor para estar vivo razones
Antonio Vega
Sigo en silencio su respiración
acompasando los latidos de dos corazones
nunca le han faltado a nuestro Amor para estar vivo razones
El mismo sueño nos llevo a los dos
en esa hora en que las noches y los días
se prestan uno a otro oscuridad y luz, verdad y mentiras
Donde las haya, tenaz, mujer de cartas bocarriba
siempre dispuesta a entregar antes que sus armas, su vida
Mujer hecha de algodón, de seda, de hierro puro
quisiera que mi mano fuera, la mano que tallo
en tu pecho blando de material tan duro
Sigo en silencio su respiración
acompasando los latidos de dos corazones
Nunca le han faltado a nuestro Amor para estar vivo razones
Antonio Vega
martes, 19 de mayo de 2009
Chau número tres (Benedetti)
Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.
Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.
Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.
Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.
Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.
Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.
Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.
Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.
Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.
Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.
Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.
Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.
Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.
Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.
Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.
Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.
Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.
Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.
Viceversa (pequeño homenaje a Mario Benedetti...)
Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte.
Tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte.
Tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte.
o sea,
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa
Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte.
Tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte.
Tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte.
o sea,
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa
Caminar, sin darse la vuelta nunca
«(...) ya de mayor, volvería a ver esa imagen, precisamente ésa: la silueta maciza de su padre, caminando a grandes pasos por delante de él, contra el vuelo de la niebla matinal, sin darse la vuelta nunca, ni para esperarlo ni para verificar que todavía estaba allí. En esa severidad, y en esa ausencia total de dudas, residía todo lo que su padre le había enseñado del hecho de ser padres: que se trata de caminar, sin darse la vuelta nunca. Caminar con el paso largo de los adultos, sin piedad, pero un paso límpido y regular, para que tu hijo pueda comprenderlo y permanecer pegado al mismo, a pesar de su paso de niño. Y hacerlo sin darse la vuelta nunca, si es que uno tiene fuerzas para hacerlo: para que él sepa que no se perderá, y que caminar juntos es un destino del que no es necesario dudar en ningún momento, ya que está escrito en la tierra.»
de Esta historia, Alessandro Baricco
jueves, 16 de abril de 2009
La voz a ti debida
Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos pulsas el mundo,
le arrancas auroras, triunfos, colores, alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.
De tus ojos, sólo de ellos, sale la luz que te guía los pasos.
Andas por lo que ves. Nada más.
Y si una duda te hace señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas sobre proas, sobre alas, estás ya allí;
con los besos, con los dientes la desgarras: ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.
Porque has vuelto los misterios del revés.
Y tus enigmas, lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras: la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar, y es el tuyo.
Los prodigios que están descifrados ya.
Y nunca te equivocaste, más que una vez,
una noche que te encaprichó una sombra -la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo.
Pedro Salinas
lunes, 6 de abril de 2009
My way -Sinatra-
And now, the end is near;
And so I face the final curtain.
My friend, I'll say it clear,
I'll state my case, of which I'm certain.
I've lived a life that's full.
I've traveled each and ev'ry highway;
And more, much more than this,
I did it my way.
Regrets, I've had a few;
But then again, too few to mention.
I did what I had to do
And saw it through without exemption.
I planned each charted course;
Each careful step along the by way,
But more, much more than this,
I did it my way.
Yes, there were times, I'm sure you knew
When I bit off more than I could chew.
But through it all, when there was doubt,
I ate it up and spit it out.
I faced it all and I stood tall;
And did it my way.
I've loved, I've laughed and cried.
I've had my fill; my share of losing.
And now, as tears subside,
I find it all so amusing.
To think I did all that;
And may I say - not in a shy way," Oh no, oh no not me,
I did it my way".
For what is a man, what has he got?
If not himself, then he has naught.
To say the things he truly feels;
And not the words of one who kneels.
The record shows I took the blows -
And did it my way!
Resignación
Resignación
Lucidez es desencanto;
melancolía es el retumbar
de un famélico recuerdo
incesantemente huérfano
de ausencia material...
pero el silencio
no siempre es resignación.
sábado, 4 de abril de 2009
Diario de una novela: las cartas de «Al este del Edén»
John Steinbeck
Traducción: Eva Monzón
Bartleby Editores 2009
Mientras preparaba la que sería una de sus últimas novelas, Steinbeck ejercitaba la mano y el intelecto de una forma muy curiosa: escribía una larga carta a modo de diario a su amigo y editor.
En ella podemos encontrar una mezcla de géneros bastante interesante: un diario, una novela, una biografía, un ensayo literario… Steinbeck nos deleita con hermosas y muy personales reflexiones sobre la literatura y el arte de escribir y también sobre detalles aparentemente menos trascendentales relacionados con ello, como por ejemplo, qué tipos de lápices usar o cómo acondicionar la mesa para estar más cómodo. Comentarios impregnados de la ternura y la inocencia de un Steinbeck niño que bien pueden ser las preocupaciones del Steinbeck adulto, fácilmente extrapolables a cualquier escritor, por otro lado.
Se propone tomarse todo el tiempo del mundo para escribir esta novela que lleva rondándole la cabeza desde hace bastante. No quiere ir con prisas, quiere saborearla a cada paso; quiere dedicársela a sus hijos, el legado del Steinbeck padre; y quizá por eso la moldea con delicadeza y sumo cuidado. Al mismo tiempo, sin apenas darse cuenta, está creando un ensayo muy intimista sobre la literatura, que a su vez será el legado del Steinbeck escritor para sus lectores.
El oficio o el arte de escribir es el torpe intento de encontrar símbolos para lo que no se puede expresar con palabras. En una soledad absoluta, un escritor intenta explicar lo inexplicable. (Pág. 17)
Es muy fácil sumergirse y sucumbir ante su belleza, deleitarnos con su contundente delicadeza. Steinbeck nos transporta con su novela a un lugar muy especial para él, el valle de Salinas; y con su diario, a un momento de su vida, el de la creación.
La habilidad de este autor no es sólo el haber creado una compleja y elaborada novela que como él menciona en varias ocasiones «se va creando a sí misma», lo verdaderamente sorprendente es que sus reflexiones literarias y su plan de trabajo diario son de por sí una novela. No es necesario haber leído Al este del Edén para poder disfrutar del proceso de su creación; no es indispensable conocer a los Hamilton y a los Trask en su propio contexto puesto que ya aquí son personajes y se convierten casi en personas para entremezclarse con los «personajes» reales de la vida del propio Steinbeck.
Otra cualidad de esta novela, que la hace más universal, es que el proceso por el que el autor pasa cada día en la composición de la misma se puede aplicar a cualquier proceso creativo, ya sea pintar un cuadro, componer una melodía o traducir un libro. En casi todos los ámbitos artísticos, el autor necesita su espacio, su propia habitación (Una habitación propia, ya lo decía Virginia Woolf…), un lugar donde se sienta cómodo y relajado para poder concentrarse; necesita el material adecuado a sus necesidades en cada momento y necesita asumir que unos días van a ser más productivos que otros…
Traducción: Eva Monzón
Bartleby Editores 2009
Mientras preparaba la que sería una de sus últimas novelas, Steinbeck ejercitaba la mano y el intelecto de una forma muy curiosa: escribía una larga carta a modo de diario a su amigo y editor.
En ella podemos encontrar una mezcla de géneros bastante interesante: un diario, una novela, una biografía, un ensayo literario… Steinbeck nos deleita con hermosas y muy personales reflexiones sobre la literatura y el arte de escribir y también sobre detalles aparentemente menos trascendentales relacionados con ello, como por ejemplo, qué tipos de lápices usar o cómo acondicionar la mesa para estar más cómodo. Comentarios impregnados de la ternura y la inocencia de un Steinbeck niño que bien pueden ser las preocupaciones del Steinbeck adulto, fácilmente extrapolables a cualquier escritor, por otro lado.
Se propone tomarse todo el tiempo del mundo para escribir esta novela que lleva rondándole la cabeza desde hace bastante. No quiere ir con prisas, quiere saborearla a cada paso; quiere dedicársela a sus hijos, el legado del Steinbeck padre; y quizá por eso la moldea con delicadeza y sumo cuidado. Al mismo tiempo, sin apenas darse cuenta, está creando un ensayo muy intimista sobre la literatura, que a su vez será el legado del Steinbeck escritor para sus lectores.
El oficio o el arte de escribir es el torpe intento de encontrar símbolos para lo que no se puede expresar con palabras. En una soledad absoluta, un escritor intenta explicar lo inexplicable. (Pág. 17)
Es muy fácil sumergirse y sucumbir ante su belleza, deleitarnos con su contundente delicadeza. Steinbeck nos transporta con su novela a un lugar muy especial para él, el valle de Salinas; y con su diario, a un momento de su vida, el de la creación.
La habilidad de este autor no es sólo el haber creado una compleja y elaborada novela que como él menciona en varias ocasiones «se va creando a sí misma», lo verdaderamente sorprendente es que sus reflexiones literarias y su plan de trabajo diario son de por sí una novela. No es necesario haber leído Al este del Edén para poder disfrutar del proceso de su creación; no es indispensable conocer a los Hamilton y a los Trask en su propio contexto puesto que ya aquí son personajes y se convierten casi en personas para entremezclarse con los «personajes» reales de la vida del propio Steinbeck.
Otra cualidad de esta novela, que la hace más universal, es que el proceso por el que el autor pasa cada día en la composición de la misma se puede aplicar a cualquier proceso creativo, ya sea pintar un cuadro, componer una melodía o traducir un libro. En casi todos los ámbitos artísticos, el autor necesita su espacio, su propia habitación (Una habitación propia, ya lo decía Virginia Woolf…), un lugar donde se sienta cómodo y relajado para poder concentrarse; necesita el material adecuado a sus necesidades en cada momento y necesita asumir que unos días van a ser más productivos que otros…
Wishlist
I wish I was a neutron bomb, for once I could go off
I wish I was a sacrifice but somehow still lived on
I wish I was a sentimental ornament you hung on
The christmas tree, I wish I was the star that went on top
I wish I was the evidence, I wish I was the grounds
For 50 million hands upraised and open toward the sky
I wish I was a sailor with someone who waited for me
I wish I was as fortunate, as fortunate as me
I wish I was a messenger and all the news was good
I wish I was the full moon shining off a camaros hood
I wish I was an alien at home behind the sun
I wish I was the souvenir you kept your house key on
I wish I was the pedal brake that you depended on
I wish I was the verb to trust and never let you down
I wish I was a radio song, the one that you turned up
I wish...
I wish...
Pearl Jam
I wish I was a sacrifice but somehow still lived on
I wish I was a sentimental ornament you hung on
The christmas tree, I wish I was the star that went on top
I wish I was the evidence, I wish I was the grounds
For 50 million hands upraised and open toward the sky
I wish I was a sailor with someone who waited for me
I wish I was as fortunate, as fortunate as me
I wish I was a messenger and all the news was good
I wish I was the full moon shining off a camaros hood
I wish I was an alien at home behind the sun
I wish I was the souvenir you kept your house key on
I wish I was the pedal brake that you depended on
I wish I was the verb to trust and never let you down
I wish I was a radio song, the one that you turned up
I wish...
I wish...
Pearl Jam
martes, 31 de marzo de 2009
No dejes
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz,
sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarse,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes. Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...
Walt Whitman
sin haber sido feliz,
sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarse,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes. Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...
Walt Whitman
domingo, 29 de marzo de 2009
Funeral Blues
Stop all the clocks, cut off the telephone,
Prevent the dog from barking with a juicy bone,
Silence the pianos and with muffled drum
Bring out the coffin, let the mourners come.
Let aeroplanes circle moaning overhead
Scribbling on the sky the message He is Dead.
Put crepe bows round the white necks of the public doves,
Let the traffic policemen wear black cotton gloves.
He was my North, my South, my East and West,
My working week and my Sunday rest,
My noon, my midnight, my talk, my song;
I thought that love would last forever: I was wrong.
The stars are not wanted now; put out every one,
Pack up the moon and dismantle the sun,
Pour away the ocean and sweep up the woods;
For nothing now can ever come to any good.
W.H. Auden
Prevent the dog from barking with a juicy bone,
Silence the pianos and with muffled drum
Bring out the coffin, let the mourners come.
Let aeroplanes circle moaning overhead
Scribbling on the sky the message He is Dead.
Put crepe bows round the white necks of the public doves,
Let the traffic policemen wear black cotton gloves.
He was my North, my South, my East and West,
My working week and my Sunday rest,
My noon, my midnight, my talk, my song;
I thought that love would last forever: I was wrong.
The stars are not wanted now; put out every one,
Pack up the moon and dismantle the sun,
Pour away the ocean and sweep up the woods;
For nothing now can ever come to any good.
W.H. Auden
Catorce de junio
Cerremos esta puerta.
Lentas, despacio, que nuestras ropas caigan
Como de sí mismos se desnudaban dioses.
Y nosotros lo somos, aunque humanos.
Es nada lo que nos ha sido dado.
No hablemos pues, sólo suspiremos
Porque el tiempo nos mira.
Alguien habrá creado antes de ti el sol,
Y la luna, y el cometa, el espacio negro,
Las estrellas infinitas.
Ahora juntos, ¿qué haremos? Sea el mundo
Como barco en el mar, o pan en la mesa,
O rumoroso lecho.
No se alejó el tiempo, no se fue. Asiste y quiere.
Su mirada aguda ya era una pregunta
A la primera palabra que decimos:
Todo.
José Saramago
Lentas, despacio, que nuestras ropas caigan
Como de sí mismos se desnudaban dioses.
Y nosotros lo somos, aunque humanos.
Es nada lo que nos ha sido dado.
No hablemos pues, sólo suspiremos
Porque el tiempo nos mira.
Alguien habrá creado antes de ti el sol,
Y la luna, y el cometa, el espacio negro,
Las estrellas infinitas.
Ahora juntos, ¿qué haremos? Sea el mundo
Como barco en el mar, o pan en la mesa,
O rumoroso lecho.
No se alejó el tiempo, no se fue. Asiste y quiere.
Su mirada aguda ya era una pregunta
A la primera palabra que decimos:
Todo.
José Saramago
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